Este año 2017 es la cuarta vez consecutiva que he estado en Tierra Santa. En 2014 fui a una Peregrinación y los siguientes 3 años he hecho el Camino de Jesús

La primera vez alguien que ya había ido me dijo que ese sería «el viaje de mi vida» Y así fue. Tierra Santa me mostró un Dios Vivo. Como nunca antes lo había sentido. Y esto hizo que en mi vida comenzara un cambio que a día de hoy sigue.

Esta primera experiencia fue completada con creces con el Camino de Jesus. Es una forma de peregrinar a esa Tierra muy completa. Estar en contacto con la naturaleza, con la misma que Jesús vio, sintió, oyó… ayuda a sentirlo más profundamente y facilita el acercamiento a su vida. Es Evangelio vivo. Un amanecer en el Lago es una experiencia impresionante. Una noche en el Santo Sepulcro es algo indescriptible.

A esto se une el caminar con un grupo. Personas muy variadas. De edad, fe, experiencias de vida… personas con las que compartir estos dias. Sin duda, una de las mejores cosas que me han ocurrido en estos Caminos es ser testigo de como este Dios Vivo actúa en estas personas. Como, en pocos días, Dios ha hecho que se produzcan cambios profundos en sus vidas.

Sin duda, un viaje que todo cristiano debería poder tener y darse la oportunidad de hacer. Al menos una vez en la vida

Dios esta con nosotros, siempre. En el Sagrario. Pero en Tierra Santa se siente una cercanía especial. Parece que Te lo vas a cruzar en cualquier esquina o camino.

María